“EL OBJETO DE LA ESTÉTICA” - Manuel B. Trías


Reflexión-estudio de Núria Sánchez

¿Qué es la estética? ¿En qué momento de la historia se plantea alguien que deba formar parte del estudio filosófico? ¿Es una disciplina filosófica como tal? Si lo es, ¿se encuentra al mismo nivel que otras como por ejemplo la metafísica, o la filosofía política? ¿Por qué es necesario clasificar la belleza como parte de un estudio del ser humano? ¿La belleza es un concepto real o es una construcción social?  ¿Podemos hablar conjuntamente de la belleza natural, como es la tierra y los animales, y de la belleza creada por el hombre, como el arte? ¿Son la estética y la filosofía del arte conceptos sinónimos o se encuentran diferencias en los matices? ¿Ha evolucionado desde el S.XVIII el estudio humano de la belleza?

La estética es “la teoría del arte y la belleza”, un conjunto de reflexiones todas ellas en relación a la belleza y el arte bello.
“Se considera objeto de la estética los temas relativos al arte y la belleza que son tratados como cuestiones parciales en otras disciplinas”, es decir, la estética no se crea como concepto nuevo, es algo ya existente a lo que se le intenta dar una autonomía de manera que deje de formar parte de otras disciplinas filosóficas, de manera colateral, para pasar a formar por sí misma una nueva disciplina dentro del estudio de la filosofía. En relación a esto se nos dice que para dar esa nombrada autonomía a la estética se necesita partir de una división de los objetos, es decir, constituir un fundamento que sea el principio de la división.
El texto nos habla de cómo esta disciplina consigue su autonomía en el siglo XVIII gracias a dos obras importantes: “Aesthetica”, escrita por Baumgarten en 1750 y “Crítica del juicio” escrita por Kant en 1790.  Estas obras nos llevan a dos premisas o principios fundamentales. En primer lugar, que el objeto propio de la estética es en efecto la belleza, y en segundo lugar que “solo en ese momento de la historia de la filosofía se determinó formalmente la esencia de lo bello y se obtuvo la separación de otras instancias con las cuales había confundido”.
El segundo de estos postulados es posiblemente negable, pero el primero si  nos basamos en Immanuel Kant y sus principios entendemos que se ha creado de la estética un lugar real y delimitado en la filosofía. Kant divide los juicios en teóricos, estéticos y prácticos.
 El texto nos dice “la división clásica de los objetos, fundada en los grados de abstracción del ser, permite determinar un territorio, el de los objetos reales (físicos, naturales), dentro del cual podemos ubicar sin dificultad el ámbito de la Cultura”, y explica como en la cultura encontramos dos estructuras diferenciadas: la especulativa y la práctica.
Las ciencias especulativas se centran solamente en la verdad mientras que las ciencias prácticas son aquellas con las que el hombre pretende más que adquirir conocimiento, pretende llegar a conocer para usar, para llevar algo a cabo a través de esa verdad.  Esta estructura práctica tiene un objetivo teleológico, es decir se centra en la llegada a un fin.
Dentro de esta estructura práctica se encuentran dos dominios: el de la conducta y el de la producción. En el de la conducta el fin es siempre el mismo hombre llevado por su libertad, mientras que en el de la producción se determina no por esa libertad del hombre sino por la obra en sí. “Apunta, a diferencia del obrar, no a la perfección del hombre sino a la perfección de la obra”.  En este último dominio es en el que entra la filosofía del arte siendo al  mismo tiempo esta filosofía del hombre.
“El estudio de la obra artística en su estructura peculiar, no podrá ser absorbido por ninguna de las otras ciencias especulativas o prácticas”, puede ser objeto material de otras disciplinas de manera parcial pero no formara parte total de otra disciplina filosófica. (“La filosofía del arte quiere averiguar de su objeto las razones últimas, como disciplina filosófica que es, lo contempla con visión universal y sus conclusiones deben regir en consecuencia a las otras disciplinas nombradas”).
Llegamos al planteamiento de un problema al intentar dilucidar cuál es la esencia de la filosofía del arte. Además, de averiguar dónde se encuentran los limites dentro de la estética entre los distintos tipos de arte: “La distinción entre artes bellas y no bellas y dentro de estas últimas la determinación de las artes bellas particulares es faena filosófica porque implica una visión de totalidad sin la cual las distinciones serían puramente empíricas”.
Destacamos la siguiente cita del texto: “Al investigar la obra de arte en sí, descubre el filósofo del arte que el conocimiento del valor de la obra se da en una relación, análoga a la relación de conocimiento: un sujeto contemplador, en un caso, se enfrenta a un objeto artístico o natural que posee valor estético; un sujeto creador, en otro, produce una obra de arte, un objeto artificiado” según esto entendemos por tanto que la filosofía del arte es subjetiva respecto del sujeto que la observe.
Además, para la comprensión de las preguntas básicas de la estética el sujeto observador debe adentrarse también en otros ámbitos/disciplinas de la filosofía. La metafísica para entender que es la belleza, puesto que la belleza se encuentra en muchos más lugares fuera de las obras de arte. La psicología para concebir hasta qué punto es importante cual sea el sujeto contemplador para la obra contemplada o para darse cuenta de factores que alteran el objeto de la estética. Asimismo el sujeto ha de preguntarse la relación a otras “esferas culturales” como la moral.

La filosofía del arte o estética, en mi opinión, es algo que desde el punto de vista de los principios kantianos resulta difícil de comprender hoy en día puesto que el concepto de belleza evoluciona. Lo que era considerado bello en el siglo XVIII puede no serlo hoy en día, como ocurre por ejemplo con la percepción de hermosura en la mujer, que ha cambiado en el tiempo debido a los cánones de belleza. Aunque cabe señalar que en su totalidad, las premisas que se crearon en el momento de otorgación de disciplina autónoma son válidas aun siempre y cuando se tengan en cuenta la evolución del ser humano y la cultura contemporánea.

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