Artículo “¿Cómo dejamos de preocuparnos y empezamos a amar la nueva ultraderecha?”

El texto llama la atención desde una primera estancia por el título. ¿Dejar de preocuparnos y amar la nueva ultraderecha? Se trata de una combinación de palabras que parece querer “atrapar” al público, aunque por la elección de palabras diría que intenta atrapar un público diferente al  que realmente va dirigido, o al menos al que resultaría “agradable” leerlo, en cuanto a ideas me refiero.
 Diría que es lo que en inglés se denomina un “Clickbait” en toda regla, es decir, algo online que llama la atención del espectador sin ceñirse mucho a la realidad o confundiendo un poco las ideas de lo que vas a leer/ver tras clicar en ello. En este título la selección de palabras da una especie de connotación conformista en cuanto a la realidad de la ultraderecha, aunque al leer el propio artículo nos damos cuenta de que es más bien una llamada a la reivindicación y difusión.
Así que el tema del artículo es uno, y es claro: la nueva ultraderecha.

El artículo empieza hablando de las últimas elecciones francesas, es decir, es un artículo de actualidad. Con el tema de las elecciones de Francia, el autor nos sumerge en todo un enjambre de ideas sobre el nuevo movimiento de la ultraderecha en Europa.
El sistema electoral francés es o debería ser algo muy interesante para los españoles, porque es muy diferente al nuestro, es un sistema electoral de segunda vuelta. Aunque en este caso la ultraderecha no ganó, como dice el autor “resulta atrevido afirmar que se venció a la ultraderecha”,  pues un número alarmante de votantes eligió al Frente nacional. Estos hechos recuerdan a otras votaciones no muy lejanas, las últimas votaciones al parlamento europeo, entre el 22 y 25 de mayo de 2014, donde miles de europeos se encontraban aterrorizados ante los muchísimos votos que consiguieron los partidos de ultraderecha en la mayoría de países.
La pregunta que el autor, junto con gran cantidad de europeos, se plantea es, ¿Por qué están resurgiendo estas ideas que parece que ya habíamos dejado atrás o al menos acallado? La respuestas son múltiples, los medios de comunicación manipulados, el discurso del miedo, la necesidad de los ciudadanos de respuestas a sus problemas, etc.
Para empezar, y como uno de los puntos más importantes de la nueva ultraderecha, hablo de el concepto mismo, ¿nueva ultraderecha? Si, en la mayoría de países europeos la ultraderecha ha cambiado su imagen, no luce esvásticas, cabezas rapadas o signos que recuerden al fascismo de los años treinta, pues saben que no les conseguiría el número de simpatizantes que en estos momentos tienen.
Aun así, es importante clarificar hasta la saciedad que ha cambiado la imagen, pero no los ideales, que se mantienen en gran parte intactos.
Este “nuevo” movimiento sigue manteniendo el mismo discurso del miedo, el mismo discurso económico-capitalista, y el mismo sistema de “cabeza de turco” entre otras cosas.
Además, aunque no modificado totalmente, si han cambiado un poco algunos aspectos de sus ideales para mayor aceptación pública. Han aumentado, aparentemente, la importancia de los derechos sociales (por supuesto de las personas del país) y han callado sobre algunos temas sociales de los que están en contra pero ya están bastante arraigados en la sociedad (homosexualidad, aborto, etc.)
Algunos de estos grupos se identifican como antisistema, aunque no es verdad; Realmente esta gente no rechaza el capitalismo sino la versión actual globalizada y financiera, y por lo tanto no son antisistema, sino que lo refuerzan.
También en el texto se habla de algo, aunque con otras palabras, que ya he mencionado previamente, “la cabeza de turco” es decir, elegir un blanco fácil al que apropiar los problemas sociales, y en esto son especialistas los ultraderechistas, soluciones fáciles a problemas complicados. Hoy en día no hace falta más que escuchar a la gente y ver la televisión, la islamofobia es la nueva cabeza de turco, es real y  está en mayor auge que nunca.

Muchos de estos ultraderechistas se auto-identifican como “identitarios”. Este grupo nace en Francia como derivación de la Nouvelle Droite, y está considerado por gran número de organizaciones un grupo de supremacía blanca.
Ellos se hacen llamar social-patriotas, y dicen creer en el etnopluralismo, conservar las etnias y razas, sin superioridad entre ellas. Aunque parece ridículo que reivindiquen “adorar la rica diversidad étnica” cuando claramente no es así; Se han dado varios casos de países en los que los llamados grupos identitarios han promovido grandes ayudas sociales, eso sí, solo para los nacionales, la gente del propio país. Esto es una fácil manera de atraer votantes de las clases más populares, y más necesitadas.
Otra de las grandes posibles del por qué, que antes nos planteábamos es algo claramente relacionado al hecho de que sea una nueva ultraderecha, los medios de comunicación. Esta más que demostrado que hoy en día los medios de comunicación son uno de los puntos más débiles de nuestra sociedad y una de las maneras más fáciles de influenciar a la gente, incluso se habla en muchos países de las Fake news, que son como su nombre indica, simplemente noticias falsas, inventadas para promover ideas e infundir miedo en la gente. Estas noticias son indudablemente un gran impulso a las ideas xenófobas de la ultraderecha.

En cuanto a la línea del tiempo es importante señalizar que aunque estos ideales hayan sido destacados en un periodo muy reciente, empiezan a tener su origen lejano en la revolución conservadora. La revolución conservadora empezó tras los llamados “dorados treinta”, el periodo desde finales de los años treinta hasta los setenta, periodo de hegemonía de la izquierda.
Resulta también interesante nombrar el hecho de que los extremos a veces se acercan, como ejemplo sobre el tema tratado, los grupos de extrema derecha a similitud con muchos de extrema izquierda están en contra de la idea de Unión Europea.

Para finalizar el tema expuesto vamos a localizar la situación de España en el mapa de ideas que hemos hablado. España es un país con una larga e importante historia en cuanto a política de derechas se refiere; tras la dictadura franquista a diferencia de otros países con similares historias no hemos sabido corregir y limpiar nuestra sociedad de las ideas y simbologías del fascismo. Hoy en día en España mantenemos simbologías provenientes de la época de la dictadura como el himno o la bandera (poco cambiada).
En cuanto a la nueva ultraderecha, en España no se ha dado la misma situación que en los otros países que antes hablábamos, la imagen de la extrema derecha española no ha sido renovada y es por ello que no se ha hecho ver tanto en un pasado reciente. Además, otra razón por la cual no ha sido tan visible es que en España el Partido Popular lleva muchos años aglutinando los votos desde el centro hasta la más extrema derecha del espectro.
En conclusión, en España y Europa se está dando un gran caso de retroceso en cuanto a ideales que habíamos tardado mucho tiempo y esfuerzo en conseguir. Esto no debe atemorizarnos ni arrebatarnos las ganas de  cambio, pues la única manera de dejar que estos ideales no se lleven a cabo es a través de una sociedad civil activa, y reivindicativa. Como dice el autor “Normalizar sus discursos es renunciar a la propia democracia, a los valores, y a los derechos que aseguran la convivencia”, no se puede permitir la normalización del odio.

(Valoración crítica)
Estoy de acuerdo con los puntos de vista del autor, aunque tal vez hubiera expresado algunas ideas de una manera un poco diferente y hubiera añadido algunos temas que considero oportunos en cuanto a la temática del artículo.
Me resulta muy interesante este tema, y creo que es muy importante tratarlo dada la situación actual que estamos viviendo en España. Muy recientemente hemos visto manifestaciones en contra de la independencia de Catalunya, con mucha simbología fascista, cantos de la dictadura e incluso banderas pre-constitucionales. Me parece alarmante la aceptación que se tiene en España ante las actitudes violentas y fascistas, en comparación por ejemplo con países como Alemania, en el que cualquier apelación al nazismo está considerado un delito.
Como he expresado en la conclusión del texto, ya que opino sobre esto igual que el autor, creo que la única manera de cambiar las ideologías y la situaciones políticas es desde la gente, desde la sociedad civil, que debe mantenerse activa y nunca conformista.

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